martes, 19 de mayo de 2009

Mi suegra: una adelantada a su tiempo

Iba esta mañana al trabajo oyendo la radio, cuando una emisora se ha puesto a hablar de una teoría, presentada como científica y novedosa, que inmediatamente ha captado mi atención. La teoría podría llamarse algo así como “Transferencia genética emocional”. La locutora la presentaba, más o menos, como sigue:
Sabemos que, genéticamente, transferimos a nuestros hijos rasgos físicos similares: estatura, color de la piel, color de ojos, etc. De la misma manera, en el momento de la concepción realizamos una "transferencia emocional" al nuevo ser que se gesta. Nuestra huella emocional, tal cual se encuentra configurada para ese momento, se traspasará genéticamente a la nueva vida, dotándolo de valores afectivos que formarán parte de las herramientas emocionales para desenvolverse de allí en adelante. Si, en el momento de unirnos sexualmente, nuestra carga afectiva hacia la otra parte es fuerte o débil, apática o apasionada, rencorosa o amorosa, obligada o voluntariosa, así será la imágen que quedará grabada en los "genes emocionales" del bebé, con características afectivo - personales que lo identificarán fuertemente.
No he podido menos que acordarme de mi suegra que, sin haber pasado por la universidad, hace ya más de 25 años me decía:
“A ti, Patxi, te hicieron riñendo”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Patxi, un gusto en saludarte, soy el autor de esta postura de pensamiento, y al igual que tu suegra no pasé por la universidad, y coincidimos!

Te envio un fuerte abrazo,

Ricardo Raul Benedetti

http://www.asi-sea.com