lunes, 23 de mayo de 2016

Anónimos populares: Ángel Inda

Ángel Inda, esta semana, con la bandurria que le acompaña a diario. JESÚS CASO 
Me alegré cuando ayer Pilar Fdez Larrea abrió la puerta de su página de Anónimos populares al amigo Ángel Inda. Será un buen empujón en su empeño de organizar la XV Concentración de Rondallas que el domingo 5 de Junio tendrá lugar en el Teatro Gayarre de Pamplona y a la que asistiremos de mil amores.
¡Enhorabuena, Ángel! Un reconocimiento muy merecido por tu dedicación altruista al mundo de la música.

ÁNGEL INDA ALONSO 
Llegó a tomar los hábitos con los Salesianos y los dejó. Marcado por la muerte de un hijo, ha explorado mil oficios, vericuetos de música, periodismo, hostelería y empresa. “Pero si eligiera sería reportero, siempre”, confiesa sin atisbo de duda. Ahora la música, rondallas y el órgano, llena sus horas. Estos días ultima el encuentro de rondallas del Gayarre.

DNI 
Nació en Huarte, el 2 de marzo de 1943. Estudió en Salesianos, tres años de Ciencias de la Información. Es graduado social y maestro. Fue jefe de personal, periodista en varios medios, hostelero y es músico. Padre de dos hijos, uno fallecido, y abuelo de tres nietos de 10, 9 y 5 años.

FRASES 
“Es una pena que la bandurria y el laúd no estén en las escuelas de música. Morirán”  

PILAR FDEZ. LARREA Pamplona
Ángel Inda ha sido hombre de mil oficios, de currículum grueso y versátil, tal vez por eso es capaz de condensar en una hora de conversación una trayectoria prolija como pocas. Va al grano, sin apenas aderezos, sin licencias para el exceso en el relato de 73 años, los que ha cumplido, bañados en periodismo, empresa, hostelería y música, con el trazo quebrado de una vida personal marcada por la muerte en un accidente de moto de su hijo Jorge. Tenía 19 años y vestía de blanco y rojo en mitad de los Sanfermines. La música es compañera de viaje y tal vez también bálsamo para este hombre inquieto que nació el 2 del 3 del 43 y estos días anda bien atareado en organizar la próxima concentración de rondallas del Gayarre. Será el 5 de junio.
Ángel Inda Alonso es de Huarte, estudió con los Salesianos, de los 12 a los 23. Llegó a vestir los hábitos. Y de ahí al uniforme, al verde caqui. La ‘mili’ le llevó al Sahara y compaginó después trabajo y estudios. Llegó hasta tercero en Ciencias de la Información. “Había que ir a clase, yo ya tenía dos hijos y no podía con todo”, cuenta. Se matriculó en Graduado Social, en la UNED. Se diplomó y también en Magisterio. “Pero, por encima de todo, me he sentido reportero”, aclara. Porque siempre encontró vericuetos para dar acomodo a su vocación.
Trabajó quince años como jefe de personal en Super Ser. Le tocó despedir a 750 personas. La empresa cerró y él montó el Asador Iturrama. Fundó la revista La Perdiz y escribió en la sección de Caza y Pesca de Diario de Navarra; también colaboró en programas de radio y en la televisión, primero en Canal 4 y luego en Popular Televisión, con el programa Al Rojo Vivo, donde desentrañaba de manera afilada la actualidad de Osasuna sobre todo. Se jubiló con 67 años. Pero un periodista no se acaba de retirar del todo, de modo que hace cuatro años inició un blog, Al Rojo Vivo, que suma más de medio millón de visitas, 400 al día.


Es también entrenador titulado de fútbol, balonmano y ciclismo y durante 15 años organizó el Trofeo Boscos de verano.
Toda esta trayectoria profesional la compagina siempre con la música. Aprendió con los Salesianos, piano, acordeón y bandurria. Llegó a dirigir coros, fue organista muchos años en Huarte, aún lo es en la iglesia de Mutilva, desde hace 15 años está en la rondalla Armonía y lleva 4 en la de Jus la Rocha. Ha tocado con grupos de jotas y le gusta animar cualquier evento. Pero lo cuenta un poco triste. “Las rondallas morirán con nosotros y el instrumento también”, describe mientras acaricia su bandurria. Lamenta que no se enseñe en escuelas de música e incluso en el conservatorio, como ocurre con otros instrumentos tradicionales. Ve muy negro el futuro de la bandurria y del laúd. Quedará la guitarra, pero no será lo mismo. Considera nula la implicación de las instituciones para dar cobijo a una música que se extingue.


Ángel Inda con Pilar Fernández Larrea
Pero de momento les queda cuerda y la exprimen. “Esto sí es envejecimiento activo”, evidencia Ángel. Ensaya cuatro días por semana, dos con cada rondalla, y tienen unas cuatro actuaciones al mes. Entretienen a muchos mayores en residencias y clubes y eso debe permitir dormir bien tranquilo por la noche. Pues no. “Uy, últimamente tengo insomnio, pero es por la concentración del Gayarre, hasta que esté todo bien atado no descansaré, o hasta que pase el día”, repara. Ha estado varias veces a punto de colgar las botas, pero siempre se arrepiente. Se reunirán 30 rondallas, más de 250 músicos. “Y merece la pena. El Gayarre tiene otro encanto. Baluarte será más grande, pero más frío”, admite su querencia.
Pero a pesar de todo y por encima de todo, Ángel se siente periodista. “Nunca olvidaré aquel encuentro con Santiago Bernabéu”.  

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